jueves, 9 de febrero de 2012

Enero 2012 - ¿Toledo: Garante de la Gobernabilidad?

Reflexiones Sobre Buen Gobierno

Gobernar es dirigir un país,  dando las órdenes o normas necesarias y haciendo que se  cumplan. Gobernabilidad es hacerlo de mejor forma.
Después de su inesperada derrota electoral, con el afán de mantener cierto protagonismo, el ex-presidente Toledo se atribuyó en forma irreflexiva la tutela de la gobernabilidad en el país suponiéndose su garante. Interpretando a la ligera lo que encierra ese término en la ciencia política, lo redujo a una tácita alianza de su bancada en el Congreso con la del partido gobernante.
Pero este gesto (a pesar de sus alambicadas explicaciones y medias verdades) no fue gratuito. Presumiblemente, acicateado por su cúpula partidaria, aquella a la que el pueblo no le concedió ninguna cuota de poder, "negoció" con Ollanta Humala algunos ministerios y embajadas.
 
En el primer gabinete, previa ninguneada, el electo Presidente designó tres Ministros de Perú Posible, pero ninguno fue de los recomendados. Y los presumibles embajadores se quedaron con las maletas hechas. Estos acontecimientos originaron sus primeras pataletas; afirmando que su apoyo no era un cheque en blanco.
La historia se repitió, con más bochorus y dramatismo, en la constitución del segundo gabinete.
Transcurridos los primeros seis meses de la actual administración, la pregunta es: ¿cuán útiles para la gobernabilidad, han sido los votos obsecuentes de la bancada toledista?
Para lo único que han servido es para "blindar" al Gobierno, impidiendo o entorpeciendo, investigaciones que por la salud de la democracia, debieron hacerse necesariamente. El misterioso e inexplicable viaje del hermano del Presidente a Rusia, quedó en el archivo. La interpelación que se ha debido gestar contra el Canciller por la designación de personajes inéditos en importantes embajadas, no pudo concretizarse, por obra y gracia de la alianza gubernamental mayoritaria.
 
Consulta Previa
Pero resulta que en temas transcendentales y que tienen que ver con el futuro del país, la oposición ha contribuido con sus votos para aprobarlos. Tal es el caso de la Ley de Consulta Previa. Única ley que merece especial referencia dentro del poco productivo trabajo del Legislativo. Fue aprobada por unanimidad.
En suma, los votos de la chakana, solo han servido para "blindar" al Gobierno y evitar (con poco éxito hasta hoy) que el primer vice–presidente Omar Chehade sea merecidamente desaforado. ¿Debe interpretarse este "blindaje", como un esfuerzo contributivo a la gobernabilidad?
¿Abdicar a su tarea de fiscalización de los actos del actual Gobierno, es contribuir a la gobernabilidad? ¿Este es el tipo de garantía que una democracia en proceso de consolidación necesita?
Con la gobernabilidad está pasando lo mismo que le  viene sucediendo a la inclusión. Están en boca de todos, consecuentemente manoseados, pero solo algunos los pueden definir.
Es esta la razón por la cual, queremos contribuir al debate alturado respecto a la gobernabilidad de la misma forma como lo hicimos con la inclusión. Para ello dejaremos de lado el sentido común y apelaremos a científicos sociales como Manuel Alcántara, Jürgen Habernas, Michel Crozier, Samuel Huntington y también el Banco Mundial.
 
Crisis de gobernabilidad
Por diversas causas, explicadas desde distintos puntos de vista (por el neomarxismo: James O´ Connor y del lado de la Comisión Trilateral: Joji Watanuki) en la década del 70 del siglo pasado, se produjo en gran parte del mundo (particularmente en América Latina) una crisis de la política occidental, la que se tradujo en una seria crisis de gobernabilidad; a raíz de la cual, el tema cobró una razonable importancia.
Se ensayaron diversas definiciones sobre ella, y la sus condiciones y formas de asegurarla.
Desde nuestro punto de vista, la más pedagógica y la que resume gran parte de todo lo andado, es la que formuló el Banco Mundial en la década del noventa del siglo pasado; la misma que fue recogida por el Instituto de Estudios Internacionales (IDEI) y el Instituto de Investigación para el Desarrollo y Defensa Nacional (INIDEN) en su obra "Gobernabilidad y Desarrollo".
 
Dice el Banco Mundial que: "la idea de gobernabilidad se refiere al ejercicio eficiente, eficaz y legítimo del poder y la autoridad para el logro de objetivos sociales y económicos", por lo tanto es una acción que le corresponde al que gobierna en función de lo que apruebe el pueblo.
 
Eficiencia y Eficacia
Eficiencia, en el sentido de alcanzar los objetivos de Gobierno en forma trasparente y sin dispendio de recursos. Eficacia, en el sentido de lograr estos objetivos manteniendo la estabilidad y la credibilidad de las instituciones y el sistema político y legitimidad, en el sentido de que, sujetos a ciertos límites establecidos de antemano, la ciudadanía reconoce el derecho de los gobernantes a ejercer el poder y la autoridad que le ha conferido.
En países democráticos como el nuestro, las elecciones periódicas, la libertad de expresión, la transparencia en el ejercicio de la función pública, la participación ciudadana en la toma de decisiones y la formación de amplios consensos operativos –dice el IDEI- se han vuelto indispensables para el ejercicio eficiente y eficaz del poder político.
La Organización de Estados Americanos, le agrega una condición de relación equilibrada entre las demandas de la población y la satisfacción de las mismas a cargo del Gobierno. Cuanto mayor sea la satisfacción, la gobernabilidad habrá alcanzado un grado más elevado.
Con estas reflexiones iniciales cabe preguntarse; ¿Qué autoridad gubernamental tiene el ex-presidente Toledo para declararse como garante de una situación en la que tiene muy poco que ver? ¿O cree qué evitándole investigaciones al Gobierno, este será más trasparente, eficiente, eficaz y legítimo?
 
Objetivos de Gobierno
La gobernabilidad requiere diseñar primero los objetivos de Gobierno, los mismos que deben ser racionalmente alcanzables para que sean compartidos e internalizados por la población, sin cuyo concurso es casi imposible conseguirlos. A eso se refiere la eficacia. Luego de diseñarlos, estos deben ser alcanzados manteniendo la estabilidad del país. Ninguna "gran transformación" irreflexiva es admisible. Y nos satisface que esta peregrina y trasnochada idea, haya sido encarpetada en el desván de las cosas inútiles, junto con sus creadores y mentores.
Finalmente, la gobernabilidad tiene un componente importantísimo: la legitimidad, aquella que tiene que ver con la soberana popular, la que a decir de J.J. Rousseau, "radica en el pueblo; el verdadero soberano es el pueblo que se expresa a través de la voluntad general".
Hacemos esta reflexión para subrayar que el pueblo es único que legitima el poder. Por lo tanto, las decisiones que adopte el gobernante, no deben adoptarse contra su voluntad o sin su consentimiento.
Es por esta razón que resulta absurdo, que ciertas autoridades del gobierno, se arroguen la potestad de dialogar solo con los que los aplauden, con el pretexto que el gobierno solo debe sentarse a negociar con autoridades legalmente elegidas. Probablemente el Premier desconoce que existen autoridades legítimas que tienen más poder que las autoridades legales. Y que la sumatoria de todas las opiniones (por muy descabelladas que sean) constituye la voluntad popular. Si el presidente Humala (como es natural y necesario) quiere conseguir un alto grado de gobernabilidad, sinónimo de buen gobierno, bien haría en obtener una legitimidad relevante, es decir un alto grado de aceptación popular. Para ello, es necesario incrementar ostensiblemente su liderazgo, el que según Jhon Kotter, solo lo obtienen los que saben escuchar y saben convencer.
 
Señor Presidente
A mayor uso de la fuerza, menor gobernabilidad y viceversa. Señor Presidente: apele a su sensatez y sabiduría. Exija que su entorno actúe de la misma manera. Primer Mandatario no es el que manda más, sino el que más obedece la voluntad popular. Consulte con la Dra. Martha Hildebrandt al respecto.
 
El piloto automático, que le  está dando un impulso inercial a su Gobierno, le ha permitido (con reclutadas de por medio) sortear los más difíciles momentos. Pero no olvide que prontamente, tomará usted el mando de la nave en forma real y efectiva. Confiamos en su sagaz aprendizaje, el mismo que le dirá que el ex presidente Toledo solo ha querido (felizmente en forma infructuosa) apoderarse de cierta cuota de poder para mitigar su desazón ante la derrota.
 
Finalmente, si "el que nada debe, nada teme"; ¿necesita su Gobierno el "blindaje" de los chakanos? Tiene en sus manos la respuesta, y el presente artículo para reflexionar respecto a la gobernabilidad. Nos sentiríamos satisfechos, si solo lográramos iniciar un debate alturado al respecto.