lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Cuál es el Destino del Huáscar?

“Eres la Patria sobre el mar, y aunque solitario estés cautivo… no le perteneces al que te tiene sino al que te extraña” Oda al “Huáscar” (JustoMedio)


El Mayor General prusiano Carl Von Clausewitz, influyente teórico de la guerra, solo comparable con Sun Tzu, decía en su obra “De la Guerra”, publicada después de su muerte acaecida en 1831, que la guerra es la continuación de la política, solo que por otros medios.La política chilena contra el Perú fue diseñada en el siglo XIX, por Diego Portales Palazuelos, a quien se atribuye haber organizado su país después de la Independencia. Comerciante fracasado, siempre expresó su animadversión contra el PERU y no dudó en oponerse a la Confederación Perú-Boliviana.


No era entonces ningún secreto, que en algún momento la política chilena antiperuana, continuaría por otros medios: la guerra. La insensatez de haber firmado un “pacto secreto” con BOLIVIA, nos arrastró a una confrontación que no teníamos ninguna posibilidad de ganar.
No solo porque no habíamos tomado ninguna previsión para potenciar nuestras fuerzas, sino porque antes, durante y después del conflicto, no tuvimos unidad nacional contra el enemigo ni una clase política capaz de dirigir adecuadamente los destinos del país.
El pequeño barco de 1,310 toneladas de desplazamiento, tipo monitor, de nombre “HUASCAR” y de fabricación británica, defendió con creces el honor nacional, más por la genialidad de Grau que por su torre giratoria de dos cañones y su relativo blindaje.
No fue entonces ninguna sorpresa que, en algún momento, la escuadra chilena, más numerosa, de mayor desplazamiento y blindaje, entablara un combate naval en desiguales condiciones. Esto sucedió el 8 de Octubre de 1879. Solo después de siete meses de iniciada la guerra.

Trofeo de Guerra
Murieron heroicamente el Almirante Miguel Grau y la mayoría de tripulantes. Frustrado su hundimiento por decisión de la tripulación peruana, fue capturado por los marinos chilenos y llevado a Valparaíso, en el que se celebró apoteósicamente el haber conseguido este trofeo de guerra.
Reparado minuciosamente, fue incorporado a la escuadra chilena, con la que participó en el sitio de Arica y la campaña de Lima.
En su cubierta, no solo ofrendó su vida el Almirante Grau, sino también Arturo Prat Chacón, comandante de la “Esmeralda”, héroe nacional de Chile.
Actualmente se encuentra en el puerto militar de Talcahuano, después de haber sido sometido a una reparación general en 1971. En él flamean las banderas de Perú y Chile, y puede ser visitado, pues ha sido convertido en Museo Naval.
Cada cierto tiempo, y por razones políticas más que por convicciones patrióticas, altos dignatarios de ambos países opinan respecto a la posibilidad de su devolución. Últimamente, el Vice-Presidente Luis Giampietri opinó que más que devolución el “Huáscar” debía ser hundido, tal como fue el deseo de su tripulación peruana.
La respuesta chilena tuvo dos matices. El Ministro de Defensa Jaime Ravinet expresó la posibilidad de una eventual devolución, pero el ex-Ministro de esa misma cartera, Francisco VIDAL fue tajante: “El “Huascar” es parte de nuestra historia, como tal, no se hunde ni se devuelve. Esta devolución sería tan absurda, como devolver el Morro de Arica”.
Tras la compra de la cadena de Super mercados Wong por parte del grupo chileno CENCOSUD, las inversiones de Chile en el Perú alcanzaron los 6,000 millones de dólares, convirtiéndose nuestro país en el tercer destino de esas inversiones después de Argentina en que tienen 15,000 millones y en Brasil 6,500.

El interés chileno
Chile no necesita entonces congraciarse con nuestro país para seguir incrementando sus inversiones y ha sabido burlar, además, con sagacidad, los límites que nuestras leyes le han impuesto sobre empresas y destinos sensibles y estratégicos.
Subyace entonces una reflexión. Nadie se desprende de algo tan valioso históricamente por nada. ¿Qué interés persigue Chile coqueteando sobre la devolución del “Huáscar”? Obviamente uno muy grande.
Nuestro vecino ha tenido un desarrollo espectacular desde hace más de veinte años, proceso en el cual, la demanda de energía es su más serio problema. Lo importa cinco veces más caro que lo que podría venderle el Perú. Situación que se irá agudizando en los próximos diez años. Nuestra nación, en forma unánime, rechaza la posibilidad que se le venda el gas de Camisea. ¿No estará Chile tratando de revertir ese sentimiento deslizando la posibilidad de devolver algo que nos es tan querido?
El norte chileno es un territorio estéril que no contribuye en nada al PBI. Situación que podría cambiar totalmente si tuviera recursos hídricos. Esos recursos los tenemos nosotros y Bolivia. Algún día no muy lejano, Chile tendrá que poner inexorablemente sobre el tapete, el tema del Agua. Bolivia lo negociará a cambio de una salida soberana al mar. Nosotros aún (como siempre) no hemos definido lo que le exigiríamos a Chile.

¿Qué destino sugerimos para el “Huáscar”?
En JUSTOMEDIO no rehuimos los temas de debate. Sugerimos que el “Huáscar” siga en manos de Chile. Lo que se pierde en la guerra, perdido está. Un trofeo de guerra solo se recupera de la misma forma que se le perdió. No creemos que si Grau viviera, aceptaría traer el “Huáscar” de vuelta, cedido como dádiva chilena.
El orgullo nacional, ese sentimiento que hizo que Bolognesi aceptara conscientemente el sacrificio y que Grau enfrentara con estoicismo su destino, debe motivarnos para rechazar cualquier dádiva. Por muy sentida que esta sea.
La Historia es un conjunto de sucesos, en la que los países ganan o pierden. La Guerra con Chile la perdimos nosotros por causa de la clase política que nos gobernó. Y porque no tuvimos, como ahora, la sensatez de invertir en nuestra defensa, creyendo que desarmando los Ejércitos se consigue la paz. Concepto ridículo que solo cabe en mentes enceguecidas, que se niegan a ver la realidad.
¿Son desquiciados los gobernantes chilenos, que vienen potenciando sus fuerzas armadas desde hace más de veinte años, primigeniamente con el Plan “Alcázar”?
Que este debate sirva más bien de reflexión, y propongámonos como país, no tener que lamentar la pérdida de más trofeos de guerra. Que el recuerdo del “Huáscar” sirva para no olvidar la ineptitud, corrupción y traición de quienes nos gobernaron. Con una pizca de sensatez, que la Historia no se repita.

Una última reflexión
El 13 de Setiembre de 1880, la goleta chilena “Virgen de Covadonga, estaba a 500 metros de la playa de Chancay tratando de destruir con sus disparos, el puente ferroviario.
Al no conseguirlo, enfiló con sus cañones contra una lancha y un bote elegante que estaban a 300 metros del puerto, al izar el bote para llevárselo, éste explotó muriendo 31 hombres de su tripulación, ocasionando además el hundimiento de la goleta.
Esta yace en el fondo del mar frente a Chancay. ¿Por qué no reflotamos este trofeo de guerra y lo mantenemos como mantiene Chile el “Huáscar”?. El orgullo nacional no tiene precio.

Nosotros hundimos la “Covadonga”, nos corresponde entonces el derecho de reflotarla. Tal vez ahí si, podríamos hacer un canje. Esta es nuestra Opinión.