jueves, 25 de marzo de 2010

Crisis del Capitalismo Global

Del Proletariado a la Era de los Emprendedores

La crisis económica global que nace en el segundo semestre del año pasado, a diferencia a la de 1929, fue generada por una combinación de:

1) Las tendencias del neoliberalismo,

2) El sistema financiero que propicia el consumismo con créditos tan arriesgados como los “subprime” y los paquetes financieros “basura” y

3) El fenómeno “burbuja inmobiliaria”.

La Revolución Socialista, impulsada por las crisis que había previsto Carlos Marx en su obra El Capital, definitivamente no se cumplirá debido a la pérdida de legitimidad del sistema socialista, el cual provocó el barrido de las experiencias de esa tendencia nacida bajo el impulso de la crisis de 1929.
Otra de las razones de peso estriba en que la teoría de Marx, expuesta en El Capital, se adhiere a premisas teóricas que no explican la inevitable y aguda pauperización de los obreros en las empresas de máximo desarrollo tecnológico, sino la capacidad de negociación de la burguesía con el proletariado.

Cambio radical
En los países en desarrollo, se está produciendo la sustitución del proletariado por la Era de los Emprendedores y la pérdida de importancia del sector productivo frente al de servicios.
Los sindicatos de estos países, lejos de radicalizarse en su lucha contra la empresa privada, vienen pactando con ella y políticamente, se vienen colocando en la derecha radical.
Los partidos comunistas son inexistentes en la práctica y, en sus discursos, sus líderes utilizan cualquier teoría menos la que proviene de El Capital, de Carlos Marx, porque la ignoran o, simplemente, no la conocen.
No existen marxistas que actualicen –ni siquiera ocasionalmente– la teoría económica expuesta por Carlos Marx en El Capital, sino que, por el contrario, se adaptan muy bien al sistema, jugando al marketing, al posicionamiento y practicando –a falta de recursos económicos– el “figuretismo”. Como se solía decir, han sido ganados por el espíritu burgués.

Nuevo concepto
Cabe señalar que la Era de los Emprendedores es un concepto nuevo para definir al conjunto de los trabajadores que debido a la crisis y recesión han generado su propia micro empresa, creando su propio empleo.
Sin embargo, tras las crisis y el atentando contra los Torres Gemelas de Nueva York, los trabajadores que habían soñado llegar a ser micro empresarios triunfadores, se verían obligados a darse cuenta de la fragilidad de sus esperanzas. Se dan cuenta de que, en realidad, son trabajadores explotados y no los creadores libres y autónomos que pensaban ser.
Así, con la crisis se produce la caída de la mayoría de las pequeñas empresas y la consolidación de los nuevos monopolios, asociados con los viejos poderes económicos.

Crisis espectaculares
Durante los últimos 30 años hemos sido testigos de un período de crisis espectaculares a escala mundial. Todos somos viajeros del mismo tiempo de alta incertidumbre, que se dirige a un mundo totalmente distinto del que conocemos y que nadie puede predecir.
A partir de los años setenta se inicia realmente un monumental capitalismo global. Occidente impulsa un gran bombardeo de dinero, tecnología y nuevas mercancías a los países en desarrollo, después de que su extraordinario crecimiento productivo y acumulación de capital superaran todos los requerimientos de sus mercados nacionales.
Simultáneamente, los países en desarrollo aún no habían desplegado sino una pobre economía doméstica compuesta básicamente por pequeñas unidades productivas sin capacidad de acumulación. El desarrollo tardío del capitalismo nativo de estos países, a partir de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, fue impulsado casi exclusivamente desde el exterior a través de una pequeña clase de intermediarios y el Estado y, no, desde sus propios niveles locales a diferencia de los países hoy, industrializados lo cual, determinó su atraso histórico.

Alvin Toffler
En las últimas tres décadas, al chocar estas dos grandes olas, como diría Alvin Toffler, la economía desarrollada ha dominado casi por completo todos los mercados locales del mundo, trastocando los patrones culturales y de consumo de las no desarrolladas debido a su superioridad competitiva.
Por tales razones, las economías básicas de autosuficiencia incipiente de los países en desarrollo, aquellas que ocupan a la gran mayoría de la PEA del mundo, han colapsado. Este colapso ha originado el crecimiento del subempleo en amplias capas de la población mundial. Sobre tal situación se levanta la crisis general de la sociedad contemporánea que todos percibimos y que muchas veces concebimos como si tuviera vida propia.
El desarrollo del capitalismo global por automatización, competitividad y concentración establece un marco de guerra económica que ocasiona todo lo contrario a la “asignación eficiente del ahorro mundial para la estimulación del crecimiento económico de todos los pueblos”. En esta guerra solo ganan muy pocos; la gran mayoría pierde. Y como se trata de una competencia ciega frente a las aspiraciones de miles de millones de personas no competitivas, esta se transforma en irracionalidad y saqueo. Además, crea exclusión social, pobreza y muerte en proporciones gigantescas y generacionalmente irremediables.
Es una guerra desigual de precios contra todas las economías domésticas del mundo, principalmente contra las economías de los países en desarrollo, que solo cuentan con una formación nacional primaria de infraestructura productiva y capital, por lo que sus costos y precios internacionales son cada vez más elevados. La falta de competitividad de nuestra economía no es un problema de la eficiencia de sus empresarios o de la falta de apoyo a los mismos por parte de sus gobiernos nacionales, tan pobres y endeudados.
Ninguna economía nacional del mundo –y menos la nuestra– puede competir con la economía de dinámica global y sus estructuras empresariales de gran poder financiero, equipamiento de renovación permanente, tecnología de punta y, en consecuencia, de costos y precios cada vez más bajos.

Sin beneficios
La humanidad vive hoy una realidad insoslayable, el 90% del mundo no recibe los beneficios ni las compensaciones de la “distribución de recursos del capital global”. A pesar de ello, las teorías preeminentes de la economía política siguen considerando al capital global como la exclusiva vía del desarrollo. Sin embargo, la desesperación y lo indigno del subempleo, la pobreza y el hambre no pueden ser sepultados por las montañas de tecnicismo teórico que produce la tecnocracia, precisamente obviando los problemas más profundos y visibles de la sociedad.

Globalizacion
La “globalización” no crea nuevas economías locales modernas sobre los escombros de las frágiles economías de elemental formación de capital y trabajo que destruye. Es destructivo sin ser creativo. No crea nueva riqueza sino en pequeñas áreas y en pequeños grupos. La alta tecnología, las ideologías y las armas podrán crear grandes poderes económicos, pero estos serán efímeros sin el consumo de las masas, porque solo este es capaz de hacer la historia económica mundial.
La superconcentración de capital global, la saturación de los mercados de inversión tradicionales y la impotencia de los líderes mundiales para crear nuevos mercados de inversión productiva en las grandes capas productoras del mundo, ponen a la orden del día otro de los grandes mercados consumidores de capital: los mercados de la guerra.

Reforma del Estado
Ante ese escenario, la Reforma del Estado es imperativa, para crear un Estado Moderno, Democrático, Descentralista y Promotor que genere oportunidades y riqueza para todos, modernizando y potenciando al sector de la Era de los Emprendedores (98% de micro y pequeñas empresas) con capacitación empresarial, apoyo tecnológico, financiamiento y búsqueda de mercados en el Perú y el Mundo Globalizado.
Con dichos incentivos el sector Informal de los Emprendedores se formalizaría, ampliando la base Tributaria; para ser invertida en Educación, Vivienda, Salud, Infraestructura, Investigación Tecnológica y todo lo necesario para lograr el Desarrollo
Solo así se podrá generar Empleo, Divisas y Bienestar Sostenido. Los Emprendedores han demostrado que sin apoyo del Estado han generado empleos y han servido de amortiguador social ante las sucesivas crisis y recesiones; imaginemos como seria con un apoyo de un Estado Moderno, Democrático, Descentralista y Promotor: convertiría al Perú en un país Grande, Desarrollado y sobre todo Poderoso.