viernes, 12 de febrero de 2010

Premian a JustoMedio


En ceremonia especial realizada en la sede del Club Departamental Arequipa, organizada por la Escuela de Alcaldes, que preside el doctor Alejandro Villegas, se distinguió con diploma de honor y medalla de oro a alcaldes distritales y provinciales, por su labor destacada. Ellos recibieron dicha distinción de manos del doctor Villegas, quien dio a conocer los méritos profesionales y logros de gestión de cada burgomaestre.
En dicha ceremonia, nuestro Director Internacional doctor Marco Antonio Arrunátegui Cevallos, fue distinguido por su importante labor al frente de la Revista JustoMedio. La ocasión fue propicia para que el doctor Villegas destacara la importante labor que viene cumpliendo nuestro medio de comunicación en el rol pedagógico que se ha trazado.

20 reglas para el Juego del Poder

El Arte de la Estrategia

Desde los inicios de la historia, el hombre ha buscado la forma de tener poder, incluso los poderosos buscan la forma de asegurarlo (o incrementarlo). Para aquellos que desean seguir tal apasionante juego, aquí algunas reglas de oro.
Les guste o no les guste, todas las relaciones humanas se basan en un juego de poder. Cuanto mejor lo domine, más feliz será, y por lo tanto, más feliz podrá hacer a los demás. Si juega mal o se niega a jugar, en el mejor de los casos, su vida discurrirá con menos suavidad. Aquí se expondrán unas reglas que generalmente nos convienen seguir. Es un resumen de textos de varios autores clásicos con algunos comentarios.
Quizás alguien se escandalice con algunas de las ideas que aquí se exponen, choquen con sus creencias o parezcan poco éticas. Aunque ahora se hable de unos valores como solidaridad, tolerancia, etc., desgraciadamente, la vida viene siendo un juego de poder desde hace milenios y no parece que vaya a cambiar. De todas formas, usted elige bando: tener poder o no tenerlo. Espero que disfruten con esta lectura y que a partir de ahora jueguen con ventaja.
“A los hombres se les debe gobernar con guante de acero dentro de un guante de terciopelo”. (Napoleón Bonaparte)